(1922).
En 2005 en Francia, de la mano de Marcel Lapierre , Thierry Puzelat, Pierre Overnoy, Alain Castex entre otros, se creó la
AVN, Asociación de Vinos Naturales, de la que una cincuentena de viticultores hacen hoy parte.
La
AVN está constituida de los miembros fundadores, de miembros profesionales (viticultores, negociantes, enólogos, restaurantes, bodegas, exportadores, sommeliers etc.), así como aficionados llamados “Francs Buveurs”.
Cada miembro puede proponer una nueva candidatura; este tendrá que reunir las exigencias de cultivo, de elaboración tanto como las morales para entrar en la asociación, así como recibir 75% de los votos de los miembros para ser aceptado.
En los hechos, todos los viticultores miembros de la
AVN trabajan de forma “ecológica” en el campo, y elaboran vinos en plena coherencia con sus prácticas culturales, sin ningunos aditivos o procesos físicos traumáticos para el vino, sin SO2 añadido por lo menos hasta el momento de embotellar.
Su definición de un vino natural: “Una uva sana recogida de una viña en coherencia con la naturaleza da un zumo; fermentando, se transforma en vino natural. Idealmente, el hombre no interviene, lo acompaña… Por ética, dice lo que hace”.
Más que un pliego de condiciones generales que los miembros rechazan unánimemente, la
AVN prefiere hablar de un “pliego de ideal”: “Cultivo del suelo, sin moléculas de síntesis; Vendimias manuales y respetuosas con la uva, eventualmente en chanclas!; Vinificaciones las más naturales posibles, sin modificación del carácter y de la añada; Crianza y embotellado sin modificación del carácter de los vinos obtenidos en vinificación. Si el viticultor respeta la ética propuesta por la asociación, dice lo que hace y se compromete a hacer lo que dice, merece su sitio en la asociación. Los viticultores y negociantes se comprometerán en dejar a la asociación una muestra de cada uno de sus diferentes vinos por lo menos una vez por añada, con el fin de asegurar la presentación y la cata de sus vinos. Se comprometen, según el stock disponible, a vender vino a las tiendas de vino y restaurantes miembros de la asociación”.
La actual junta directiva está compuesta por:
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Presidente: Christian CHAUSSARD (Loire)
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Vice-présidentes: Christian BINNER (Alsace) VIGNERON et Gilles Azzoni (Ardèche)
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Secretario: Sebastien RIFFAULT (Loire)
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Secretario adjunto: Pierre BEAUGER (Loire)
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Tesorero: Alexandre BAIN (Loire)
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Tesorero adjunto: Corinne ANDRIEU (Languedoc)
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Presidente de Honor: Marcel Lapierre
La
PVN, asociación de Productores de Vinos Naturales es el semejante español de l’
AVN, creada en junio 2008 por Laureano Serres y Joan Ramón Escoda, quien pusieron en marcha este proyecto en el coche, de vuelta de una feria en Italia.
La
PVN (pronunciar “ pun ”) está compuesta por dos tipos de miembros:
- Los “socios de numero”, representados por viticultores que cultivan y elaboran vinos siguiendo las directrices de la asociación;
- Los “socios de Honor”, que engloba todos estos que desean apoyar y defender los conceptos definidos por la asociación.
La afiliación de un socio nuevo depende de su aceptación por la junta directiva.
La gran diferencia entre las dos asociaciones reside en el hecho que la
PVN fija como objetivo y condición que los vinos no sobrepasen el límite de 20 mg de SO2 total por litro, así como por unas conductas en el campo, como en la bodega más explícitas.
Su junta directiva está compuesta por:
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Presidente: Laureano SERRES MONTAGUT (Tarragona)
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Vicepresidente: Antonio VILCHEZ VALENZUELA (Granada)
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Secretario: José Miguel MARQUEZ HERRADOR (Córdoba)
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Tesorero: Joan Ramón ESCODA SANAHUJA (Tarragona)
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Vocal: Manuel VALENZUELA GARCÍA (Granada)
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Vocal: Ramón SAAVEDRA (Granada)
La
PVN se hace igualmente suyo el lema de la
AVN: “Hacer lo que se dice, y decir lo que se hace.”
La
AVN como la
PVN son por supuesto asociaciones sin ánimo de lucro.
Estas dos asociaciones tienen unas características obviamente libertarias, reivindicando que otra forma de elaborar y de consumir el vino es posible. Permiten a cada unos de sus miembro compartir experiencias, dudas, incertidumbres, de ayudarse mutuamente, de resolver problemas, incluso problemas financieros (como lo hemos vivido en Francia cuando los miembros de la
AVN compraron una parte de la producción de un viticultor en dificultad financiera), y más allá de reunirse para festejar un ideal hedonista.